Poco a poco todo mejora. El otro día me consiguieron un lugar con ventanas. Mucho menos deprimente. Con las ventanas y la musiquita de los parlantes de la laptop ya se puede estar.
Ayer me compré una bici. Es roja. Es linda. Es buena. Todo lo que necesito. A la tarde me fui por primera vez a comprar mis groseries en bici. Genial. Solo le falta que le agregue una canastita y estoy hecho.
Puesto que no tengo más vida social que la que me provee el skype (y tengo que decir que es bastante generoso, agradezco vivir en épocas donde esto ocurre, épocas donde las posesiones más valiosas están dentro de una laptop del tamaño de un cuaderno) y puesto que vivo en un suburbio residencial al que comparo con un country onda Los Cardales, he entrado en un régimen de vida sana y orden. Dormir cuando se hace de noche, despertar a las 8 de la mañana (sin despertador!), comer sandwiches de jamón crudo y tomate. Espero que esto me ayude a ser un hombre productivo: alguien que trabaja, no da vueltas, no se queda durmiendo en la cama todo el día. Bah, la cama sigue siendo mi escritorio. Pero creo que se entiende.
Ingesta e introspección, amigos!
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